RUTA SIERRA MAR
La travesía en Sonora a fines de enero fue un espectaculo sensorial para mí.
La pintoresca ciudad de Álamos es de otro tiempo. La casa que me recibió fue la casa de infancia de Álvaro Obregon, donde después de muchas divagaciones emocionales conseguí prender fuego a la chimenea en mi tercera noche. Para entonces ya había superado el hecho de encontrarme sola en 2000 metros a la redonda en un espacio sin bardas. Mi ánimo derrotado de mujer defeña tuvo que reubicarse. Luego de 5 días en esto estaba lista para comenzar la travesía al norte, a Nogales.
No sabía que nos dirigiamos hasta el límte del país. Casi 11 horas de camino por una carretera que está en construcción ¿hace 11, 12 años?, cada gobierno que pasa hace su avance a la obra y se va, nadie concluye.
Cuando la camioneta se detuvo mi cuerpo se sentía muy deshidratado. Pero la falta de agua era sólo otra somatización, no sabía que me encontraba en la última calle del País.
Contemplar por primera vez una garita en la frontera (siempre la había cruzado por aire) ha sido sin duda una de las imágenes mas fuertes para mi.
Así que animada por todo esto el concierto en Nogales fue para el público y para mí una apreciacion casi cinematográfica.
"al pasar una garita
le dije a una garbancera
me vas a hacer una arpita
dándote yo la madera
abajo las dos patitas
arriba la templadera"
Este verso sería la premonición al próximo viaje.
Escala en Cd de México solo por una noche
Preámbulo de los cimbrados...
Llegué al aeropuerto a las 5:00 am lista para documentar pero en esa aerolínea no permiten subir con arpas. ¿Cómo? Sí, no suben ni arpas ni pianos. Está en las restricciones en la página web... vaya usted a saber en qué carajo de minúsculo espacio se encuentra esa información. Ahí debí haberme detenido. Pero no. Cuando llamé a los patrocinadores para explicar que no podía volar compraron otro vuelo en otra aerolínea para salir una hora más tarde a un municipio cercano, volaría a Huatulco y no a Puerto Escondido, Oaxaca.
A medio día ya estaba en el paraíso. Bueno, a escasos metros, solo tenía que entrar a la habitación a cambiarme y a sacar el arpa del estuche para que se temple.
Cuando la saqué de la funda el arpa se desintegró.
Venía absolutamente rota.
Obervé mi cuerpo y no temblaba.
Me metí a bañar para buscar si lograba despertarlo, quizá estaba en shock.
Mi VIDA CON LA OLA... el arpa se desintegró... y yo solo podía recordar eso. evaporación? sublimación? condensación. Con densa cion. densa ción.
¿Qué haces cuando no puedes tocar? Y cuando por no poder tocar crees que necesitarás callarte. ¿Te callarás por mucho tiempo? ¿Y si te callas para siempre?
..las manos, los brazos, todos los brazos, todos los abrazos..."
Alguien escuchó que había un arpa abandonada en una iglesia y fueron por ella, me la trajeron pero fue imposible afinarla y que estuviera bien para el concierto en la noche.
Bien, plan B.
cantaría algunas canciones junto a Gabriel Hernadez, pianista portentoso, cubano, con quien compartiría escenario.
Fueron cambiando las palabras. de un bolero que debió ser no puedo amar, pasé a volví a amar.
María Greever, las olas.
de- rre-ti-da me encontraba.
Recuerdo cuando el maestro Daniel hablaba de la "ti" como el "si bemol". Así diferencias un si natural de un si bemol, "ti".
Pienso en ti, pienso en tú. ¿Dónde estoy yo?
Mi canción quedaría más o menos así:
do. re -ti- do.
CLARO, iría al otro día a que el agua me revuelque.
martes volver a casa y entonces la gripe.
agua salada y el dolor de cabeza.
"al pasar una garita
le dije a una garbancera
me vas a hacer una arpita
dándote yo la madera
abajo las dos patitas
arriba la templadera"
Concierto para después de lo que pasó